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Como conservar el poder en los estados (página 2)



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La mejor fortaleza con que cuenta un gobernante es no ser aborrecido por su pueblo. Pero en cuanto lo sea, de nada le servirán las fortalezas como medio de salvación[14]Más valioso que cualquier baluarte inexpugnable es el invencible amor del pueblo. Censurable el gobernante que se fíe demasiado de las fortalezas y desestime el odio del pueblo[15]

Como se pierden las gobernaciones

Las faltas cometidas por un gobernante para perder su gobernación como se ha dicho son:

  • Carencia de preparación militar,

  • Enemistad con el pueblo o con los poderosos y peor aún con ambos a la vez.

Otros gobernantes pierden sus gobernaciones por falta de previsión de tiempos difíciles y cobardía cuando ellos se presentan.

Es un defecto común de todas las personas, y de los gobernantes poco prudentes, no preocuparse en tiempos de paz por los tiempos difíciles que pueden sobrevenir[16]

Cuando ellos sobrevienen estos gobernantes huyen[17]y esperan volver a ser llamados por sus pueblos cuando se cansen de la insolencia del vencedor[18]Esto no suele ocurrir y si ocurre el gobernante que ha sido llamado no contará con ninguna seguridad, porque las únicas defensas buenas, ciertas y durables son las organizadas por el mismo gobernante y que dependen de su propio valor[19]

Cuando los tiempos y las circunstancias cambien, y él no cambie su modo de gobernar, la prosperidad de quien gobierna con calma y con moderación se convierta en ruina. Pero no hay gobernante alguno, por muy dotado de prudencia que esté, que sepa hacer concordar siempre su proceder con las circunstancias y con los tiempos[20]

Acostumbrado a actuar de la manera a que su naturaleza le inclina, o al éxito por determinada senda, no se persuade con facilidad cuando tiene que desviarse de ella.

Cuando a un gobernante de temperamento frío y lento, las circunstancias le obligan a actuar con calurosa celeridad, no sabe hacerlo y sobreviene su ruina. A quienes supiesen cambiar de naturaleza y manera de proceder con las circunstancias siempre les sonreirá la fortuna.

El papa Julio II, halló las circunstancias y los tiempos acordes a su modo de obrar con arrebato en todas sus acciones[21]y logró acertar siempre. Con valerosa rapidez se puso él mismo a la cabeza de todas sus expediciones[22]con que dejó inmóviles y en suspenso a los gobernantes que enfrentaba, y quienes por miedo o ambiciones se le unieron.

Un pontífice más prudente no hubiese sabido dirigir ni conseguir en tan corto tiempo lo que consiguió Julio II[23]Hubiese fracasado[24]

La brevedad de su pontificado, no dio tiempo para experimentar lo contrario[25]que seguramente le hubiese acaecido, porque al habérsele presentado algún caso en que conviniese usar de tranquilidad y circunspección, no se hubiese apartado de su atropellada conducta a que su genio lo inclinaba y hubiera labrado su propia ruina.

Como apoderarse de otros Estados y como mantenerlos

El sultanato

Hay dos modos de gobierno en los Estados: El primero, el Sultanato (dictadura?), cuando el gobernante ejerce directamente el poder asistido por servidores que le son humildes y obedientes. Como ejemplo en nuestros días tenemos el sultán de Turquía.

En los sultanatos el gobernante es soberano, tiene más autoridad porque en su país nadie reconoce a ninguno otro con mayor autoridad y obedecen solo al soberano y a sus ministros o empleados.

Por estas causas existe gran dificultad para conquistar un sultanado pero por las mismas, facilidad para conservarlo. El conquistador no va a ser llamado por gobernantes provinciales, ni contará con la ayuda de rebeldes que estén al lado del soberano. Acostumbrados sus servidores a la lealtad, humildad y obediencia y al reconocimiento de los favores que les ha prodigado el Sultán, es difícil corromperlos y si esto se lograra, no sería de gran utilidad porque el soberano mantiene asegurado el apoyo de su pueblo.

Conviene pues que quien ataque a un Sultán considere que va ha hallarlo unido a su pueblo y que tendrá que contar solo con sus propias fuerzas sin posibilidad de rebeliones a su favor.

Después de derrotado el sultán, en una campaña que no le permita rehacer sus ejércitos, el conquistador debe destruir por completo la familia del soberano para que desaparezca todo temor de reconquista, puesto que los demás servidores no gozan de igual preferencia entre el pueblo.

Como ejemplo se puede considerar la conquista por Alejandro, del sultanado de Darío.

Para vencer a Darío le fue necesario a Alejandro atacarlo en su totalidad y ganarle la guerra en todos los frentes. Después del triunfo murió Darío y el imperio quedó en poder del conquistador y de sus sucesores de manera segura. Lo perdieron no por rebeliones internas sino por desavenencias entre los nuevos gobernantes.

El reino

El segundo, el Reino (cogobierno), cuando el gobernante cogobierna con señores que cuentan con regiones donde sus pobladores los reconocen como líderes y le profesan respeto y afecto. Como ejemplo actual tenemos al rey de Francia.

Pero los reyes se hallan en medio de un sinnúmero de personajes, investidos de preeminencias personales, que el monarca no puede quitarles sin peligrar él mismo. Por la antigüedad de los privilegios de sus familias son ilustres y señores en sus respectivas regiones, reconocidos como gobernantes por sus súbditos, quienes además les profesan afecto.

Conquistar un reino no es tan difícil como conservarlo. En él habrá siempre gobernantes descontentos y ambiciosos, en busca de mejores oportunidades. Ellos se encargarán de unírsele al nuevo conquistador y facilitarle la victoria. Pero conservar el reino después de la victoria presenta multitud de dificultades por parte de quienes lo auxiliaron y por parte de los oprimidos. No bastará extinguir la familia del rey. No faltarán gobernantes menores descontentos y ambiciosos a quienes no podrá destruir ni contentar a satisfacción. Ellos se encargarán de hacerle perder el reino tan pronto se les presente la oportunidad.

Como ejemplo también la conquista de Alejandro pero del reino de Asia. Para conquistar el estado de Asia, las dificultades no fueron tan grandes como para conservarlo, debido al gran número y diversidad de gobernaciones que lo integraban y a las frecuentes rebeliones.

Medios para conservar Estados ocupados

Cuando los territorios ocupados se diferencian en lengua, costumbres y constitución, las dificultades para conservarlos se aumentan. Los mejores y más eficaces medios para conservarlos consisten:

Primero, que el gobernante se vaya allí a gobernarlos directamente[26]

Ventajas cuando el gobernante se establece en el territorio ocupado.

  • El territorio es menos saqueado por sus empleados[27]

  • Los desordenes pueden ser más fácil y prontamente reprimidos.

  • Los súbditos toman mayor amor a los gobernantes cuando son buenos, o mayor temor cuando son malos.

  • Gobernantes extranjeros encontrarán mayores obstáculos al intentar entrar[28]

Segundo, establecer algunas colonias del país ocupante en uno y mejor en varios lugares claves del territorio ocupado, o tener suficiente ejército propio[29]Estas colonias se establecen con pocos gastos y son más fieles. Con esto solo se ofende a quienes son despojados de bienes para darlos a los nuevos moradores, y que constituyen solo una pequeñísima parte del territorio ocupado y que por quedar pobres y dispersos no pueden adelantar ninguna acción perjudicial[30]La gran mayoría que no recibe ofensa ni en sus bienes ni en sus personas quedan atentamente temerosas de no incurrir en faltas para no ser también despojados de sus bienes.

No debe olvidar que:

  • Las personas quieren ser favorecidas o reprimidas.

  • Se olvidan de las ofensas cuando son ligeras.

  • Pero se vengan de ellas cuando son graves.

Por lo tanto la ofensa que se les infiera debe inhabilitarlos para vengarse[31]

Tener tropas en vez de colonias en estos territorios ocupados presenta estas desventajas:

  • Los gastos son muy altos y la anexión en lugar de ganancias, puede dar pérdidas[32]

  • El mantenimiento de estos ejércitos perjudica a muchas personas por desplazamiento de sus viviendas, escasez de víveres…

  • Por los inconvenientes causados los súbditos se convierten en enemigos perjudiciales. Por tanto tener colonias es útil y tener tropas es perjudicial para la conservación de territorios ocupados.

El gobernante que anexa un territorio cuyo idioma y costumbres son distintas a las de su estado tiene que:

  • Constituirse en jefe y protector de los gobernantes vecinos menos poderosos.

  • Debilitar a los más poderosos[33]

  • Evitar que los descontentos llamen y entre en el territorio ocupado otro extranjero poderoso.

Cuando otro extranjero poderoso entra en el territorio ocupado, los gobernantes menos poderosos, por envidia contra quien los ha superado en poderío, se le unen. También lo hacen los gobernantes que han sido despojados. Estas dos clases de gobernantes gustosamente se unen al nuevo conquistador[34]

Hay que evitar que el nuevo intruso adquiera demasiada fuerza y autoridad, porque con la ayuda de los gobernantes menos poderosos, de los despojados y de sus propias armas podrá vencer al primer intruso y convertirse en el nuevo gobernante del territorio ocupado.

Quien no disponga de suficiente habilidad para gobernar en estos casos tropezará con multitud de dificultades y obstáculos y pronto perderá el territorio adquirido.

Los romanos adoptaron siempre todas las anteriores prevenciones en los territorios de los que se hicieron dueños:

  • 1. Atendieron los pronósticos de los hombres sabios sobre los inconvenientes y males futuros y se precavieron contra ellos. Con las cosas del estado sucede como con las enfermedades. Si se espera a que sobrevengan se pueden volver incurables. Pero en sus comienzos aunque difícil de reconocerlas son fáciles de curarlas. Cuando se conoce anticipadamente los males que pueden manifestarse en un territorio puede evitarse su aparición. Pero cuando se les deja avanzar hasta que lleguen al conocimiento de todo el mundo, nadie puede remediarlos.

Por eso los romanos siempre tomaron precauciones contra los inconvenientes que pudieron prever aún sin temor a una guerra para impedir su curso. Sabían que las guerras no se evitan y que el diferirlas redunda en provecho del enemigo[35]Fácil les hubiera resultado atender el torpe consejo de sabios pacifistas, "gozar de los beneficios del tiempo y evitar así varias guerras"[36]. En cambio aplicaron el consejo que la prudencia y el valor les sugería, "El tiempo echa abajo cuanto subsiste acarreando bien o mal"[37].

  • 2. Tomaron en consideración los problemas de los territorios ocupados y los remediaron con destreza.

  • 3. Enviaron colonias.

  • 4. Sin aumentar sus fuerzas mantuvieron controlados a los gobernantes vecinos menos poderosos.

Debilitaron a los gobernantes poderosos más cercanos y no les permitieron que en sus territorios ocupados adquiriera alguna influencia. Los expulsaban, los desplazaban, los humillaban y nunca los consideraron amigos.

El deseo de adquirir es común y lógico en todas las personas.
Aquellas que adquieren cuando pueden hacerlo serán alabadas y nadie las
censurará. Pero el no adquirir cuando pueden hacerlo será tachado
de error y estas personas serán vituperadas.

 

 

Autor:

Rafael Bolívar Grimaldos

[1] Procur? que se fastidiaran pronto y se retiraran del servicio militar.

[2] Para consolidar un pa?s conquistado, conservo en ?l regimientos de cuya adhesi?n a mi estoy seguro.

[3] Es bueno mantener partidos en las ciudades y en las provincias cuando son de ?ndole inquieta, pero evitando que alguno de ellos se vuelva contra uno. A menudo cuando quiero distraerlos les doy algunas leyes que sean semilla de particulares discordias en los negocios del Estado, o preparo en secreto alguna gran providencia gobernativa.

[4] Algunas veces hay que tener prudencia y arte pol?tico.

[5] Cuando sobreviene la guerra hay que mantenerlos contentos de otras maneras.

[6] Principal causa de mi grandeza.

[7] Si Maquiavelo viviese, se alegrar?a de la utilidad que saqu? de este consejo.

[8] As? gan? a unos cuantos nobles que por ambici?n o premura necesitaban puestos elevados o lucrativos, a quienes abr? las puertas de Francia y a quienes restitu? sus bienes.

[9] Es necesario entonces a tales fulanos turbarles su tranquilidad. Alguna intempestiva acci?n surte siempre buen efecto.

[10] Estos ciudadanos proceden igual con cualquier gobernante que me sustituya. Solo pretenden que se les colme de beneficios, son ambiciosos e insaciables peor que los buitres.

[11] Esta reflexi?n es altamente poderosa.

[12] Por no tenerla se entregaron cobardemente los parisinos a los aliados. En la primera ocasi?n oportuna construir? un castillo en las alturas de Montmartre para inspirar respeto a los habitantes de Par?s.

[13] Cuando se teme a unos y a otros es conveniente tenerlas en los sitios donde sea justificable el temor.

[14] No lo creo. Sirven para detener el asalto mientras llegan refuerzos. Lo creo cuando no se dispone de m?s medios para defenderse.

[15] Maquiavelo sobrevalora el amor del pueblo. Las fortalezas eficaces reemplazan perfectamente este amor.

[16] Los nobles se pavonean en las cortes ante cuanto les rodea en medio de satisfacciones suicidas. Temer?an hacer malas digestiones si dieran entrada en sus pechos a la menor inquietud.

[17] Cuando tienen tiempo para hacerlo.

[18] Si vuelvo a reinar lo har? como un gobernante moderado, sabio y humano.

[19] No cont? nunca m?s que con ellas. Y volver? a procur?rmelas.

[20] Esto me parece completamente imposible.

[21] Fue el papa que ech? en el Tiber las llaves de San Pedro para servirse solo de la espada de San Pablo. Cuando salimos siempre adelante con tal conducta y est? acorde con nuestro genio, tenemos motivos poderosos para seguir aferrados a ella, aunque mezcl?ndole algo de hip?crita moderaci?n diplom?tica.

[22] He seguido esta t?ctica no maquiav?licamente sino por c?lculo y oportunamente.

[23] A menudo son necesarias algunas imprudencias, pero conviene que est?n calculadas.

[24] Muchos gobernantes, aun no siendo sacerdotes obran con esa lenta y necia prudencia.

[25] Sin embargo fue prodigioso seguir con acierto durante diez a?os el mismo m?todo. Maquiavelo hubiera debido decir que Julio II sab?a distraer con tratados de paz a la potencia que quer?a sorprender.

[26] Con la fuerza y virreyes destitu?bles si no cumplen las ?rdenes, se puede suplir esta medida.

[27] Hay que dar a los empleados leales la oportunidad de que se enriquezcan.

[28] El temor a mi nombre vale all? como mi propia presencia.

[29] Mejor hacer las dos cosas a la vez.

[30] Reflexi?n bastante buena y me aprovechar? de ella.

[31] En pol?tica es igual desagradar poco que desagradar mucho. Con quienes se es benigno son los primeros en vengarse.

[32] Lo importante es lograr que quede algo para el pa?s sojuzgante.

[33] Apoder?ndose de sus bienes.

[34] No me tomo el trabajo de ganarlos, los obligo por la fuerza.

[35] Esta importante m?xima formar? parte de mis conductas pol?tica y guerrera.

[36] Estos supuestos sabios son unos cobardes y en mi caso los exterminar?a.

[37] Preciso es determinar cuando acarrear? mal para usar otra alternativa.

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